¿A quién te gustaría ayudar en esta Navidad?

Albertina Gómez tiene cuatro hijos: Anderson, José, Marco y Antonio. Los mayores, Anderson y José, van al colegio. El matrimonio no tiene dinero para financiar la educación de los otros dos niños.

Albertina y su marido no quieren tener más hijos. Saben que en las farmacias se venden preservativos, pero son costosos. Hemos elegido un método de contracepción cómodo para Albertina. Cada tres meses le damos una inyección anticonceptiva. Así puede estar tranquila y evitar un embarazo no planeado.

Según datos de la OMS, las mujeres en Guatemala tienen en promedio cinco hijos.

Martina Sánchez está embarazada. Últimamente le dolía la cabeza y acudió a la clínica para pedir analgésicos. Los doctores le pidieron una muestra de orina. Martina se sorprendió cuando los voluntarios la trasladaron con urgencia al hospital municipal. Ella no sospechaba que tenía hipertensión inducida por el embarazo, también conocida como preeclampsia, una patología que puede matar tanto a la madre como al bebé. Se puede diagnosticar con simples tiras reactivas al descubrir un nivel elevado de proteína en la orina.

Estas tiras reactivas también ayudan a revelar problemas en los riñones, el hígado, los conductos biliares y también infecciones de las vías urinarias. Se venden por lotes de 100 unidades que cuestan 25 dólares cada uno.

María Fernández tiene 65 años y toda su vida ha cocinado a fuego abierto. Desde hace mucho tiempo le costaba respirar, pero trataba de no hacer caso a los síntomas. Un día su vecina le contó que en la clínica daban calzado gratis a los niños. María nos visitó para conseguir zapatos nuevos para su nieta y decidió aprovechar la ocasión para ver al médico. Durante la consulta los voluntarios descubrieron que tenía asma y le dieron un inhalador. Unos minutos después, María pudo respirar bien por primera vez en muchos años.

Le dimos a María varios inhaladores para usar en casa. Nuestros médicos le enseñaron detalladamente a usarlos.

La mayoría de los asmáticos que acuden a nuestra clínica son mujeres.

El pequeño Roberto come mal. Sus padres lo llevaron a la clínica para que le ayudáramos a mejorar su apetito. Se les olvidó advertirnos que el niño tenía epilepsia. Había sido diagnosticado hace mucho tiempo, todos ya estaban acostumbrados y habían aprendido a ponerle un lápiz en la boca cuando comenzaba un ataque. La familia de Roberto creía que un ataque al día era normal.

Roberto no tomaba medicinas contra la epilepsia. Sus padres no pueden permitirse ir a la capital y recibirlos gratuitamente y tampoco tienen dinero para comprarlos en las farmacias locales. Además, Roberto no va al colegio a causa de su enfermedad.

El tratamiento que administran los médicos voluntarios de Health & Help es muy costoso. Pero estos medicamentos previenen los ataques y permiten a niños como Roberto llevar una vida sin problemas.

Aunque hace poco trabajaba y estaba sana, Rosa ahora tiene diabetes tipo 2. Cuatro años atrás a su hija le detectaron diabetes y medio año después a Rosa le diagnosticaron la misma enfermedad.

Rosa se mareaba mucho en el transporte. A pesar de eso, cada mes viajaba dos días en autobús hasta Managua para recibir insulina para su hija y luego viajaba dos días más para regresar a casa. Lamentablemente, su hija de 14 años no sobrevivió a la enfermedad. Después de su muerte, la salud de Rosa empezó a empeorar y la insulina se convirtió en una necesidad vital para ella. Ahora Rosa recibe insulina en nuestra clínica.

Uno de cada tres pacientes de nuestra clínica es diabético.

Te hemos contado cinco historias de nuestra clínica, pero nosotros nos enfrentamos a muchas más enfermedades y situaciones difíciles. El costo del tratamiento puede ser de dos, cien o incluso miles de dólares. Puedes hacer una donación única por la suma que te parezca conveniente o registrarte para una donación mensual. Con tu ayuda, compraremos los medicamentos necesarios para nuestros pacientes ¡y te contaremos muchas más historias con un final feliz!